Lápida funeraria
Lápida funeraria de arenisca hallada en el siglo XVIII en las inmediaciones de la Huerta y que fue conocida por el propio Conde de Lumiares. Desde entonces, se conservó en las dependencias municipales de la población. Decorada con rosetas en cabecera, el campo epigráfico conserva una inscripción que reza: Furia Tyce, annorum XXVIII, H.S.E. (“Furia Tyce, de veintiocho años de edad, aquí está enterrada”). El personaje al que se dedica, fue una esclava liberada con un cognomen de origen griego. Las villas rurales contaban con sus pequeñas necrópolis, constituídas, generalmente, por tumbas sencillas a la vera de los caminos. Los restos humanos quemados se depositaban directamente en el suelo de una fosa o en el interior de urnas, algunas de tradición ibérica, aunque también se utilizaban cajas de piedra o plomo. Las sepulturas se señalizaban con lápidas funerarias de mármol, caliza o arenisca, como la que aquí se contempla.