Fragmento de escultura tallada en piedra arenisca amarillenta correspondiente a la parte inferior de un conjunto en el que aparecen las piernas y los pies de una pareja de oferentes, recubiertos ambos de los pliegues de las vestimentas que los adornan. La figura de la mujer era representada en los bailes rituales, como figura votiva, dama sacerdotisa o divinidad. En las escenas de danza ritual o en las procesiones conmemorativas, se exhibe en grupos de mujeres solas o junto con hombres. Los exvotos u ofrendas sacras de bronce, barro o piedra halladas en santuarios, encarnan tanto a hombres como a mujeres, estas últimas vestidas con túnicas largas, velos y joyas en actitud orante u oferente. Las damas ibéricas como la de Elche, Guardamar, Baza y el Cerro de los Santos en Albacete, entre otras, se reproducen sentadas o de pie ofreciendo a los dioses algún objeto, ricamente vestidas y con abundantes adornos personales, figuras que algunos identifican con divinidades. La pareja de iberos de Monforte, se vincula a esta tradición escultórica de su representación en las necrópolis.

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